15 Oct Rello, un pueblo medieval que fue frontera y cuyo nombre viajó al Nuevo Mundo
Este tema es muy especial porque está dedicado a Gabriel Cuevas Rello, un abogado octogenario nacido en 1940, en Xalapa, Veracruz, México, que se puso en contacto con Panibericana para solicitarnos hablar de Rello, pues en esta villa muy probablemente se encuentran su raíces. Él desea poder visitar algún día este histórico pueblo medieval, pero mientras ese plan se concreta, nosotros trataremos de ser sus ojos a través de este reportaje, como si de una visita guiada se tratara.
El municipio de Soria, en Castilla León, enmarca numerosos encantos, uno de los más característicos es su infinita campiña que se rinde al capricho de la naturaleza en cada estación del año, de modo que en invierno nos regala bucólicos paisajes nevados, en primavera, prados policromados cubiertos de flores y hierbas aromáticas, en verano, inmensos y sinuosos terrenos en tonalidades ocres, siempre custodiados por buitres, alondras dupont, ciervos y jabalíes.
Luego de atravesar un extenso páramo, tenemos el primer avistamiento Rello y de inmediato nos demuestra su singularidad. En medio de la llanura circundante, al lado del río Escalote, se levanta un cerro único que es la base de otra fornida elevación rocosa, sobre la cual descansa el inconfundible pueblo medieval amurallado, cuyas casas y edificios parecen fusionadas con la piedra caliza de su soporte. Inevitablemente, el conjunto despierta la curiosidad de quien por primera vez transita por ahí, obligándolo a detenerse para escudriñar los secretos que esta silenciosa villa resguarda.
Para encontrar el acceso a esta joya medieval escondida, cuya superficie abarca unos 24 mil metros cuadrados, hay que dar un rodeo, lo que nos permite apreciar la cara exterior de su gran muralla defensiva, que es una de las mejor conservadas en toda la provincia de Castilla León. Hay dos puertas de acceso, una al norte y otra al sur, ambas ostentan el escudo de armas del Señor de Rello, Lorenzo Suárez de Mendoza, IV conde de la Coruña. Más adelante hablaremos de este célebre personaje que llegó a ser el V virrey en la Nueva España.
En cuanto a los orígenes de Rello se sabe poco, la documentación histórica se perdió en un incendio. Pero los cronistas indican que aquí ha vivido gente desde mucho antes del siglo XII. Estas tierras fueron escenario de numerosas batallas durante la época de la Reconquista, dada su ubicación cercana al Río Duero, la antigua frontera entre territorio cristiano y territorio musulmán. Todo indica que el pueblo medieval de Rello era un refugio y centro clave de operaciones defensivas.
Muestra de lo anterior es también la atalaya conocida como la Torre del Tiñón, que se encuentra a cuatro kilómetros de Rello y a la que solo se puede llegar caminando. Se trata de una torre de nueve metros de altura, que era puesto de vigilancia vital para anticipar la cercanía de cualquier amenaza. Esta estructura junto con otras similares que se alcanzan a ver desde lo alto conformaban un eficiente sistema de comunicación entre poblados.
Los vigías se comunicaban con otros a través de señales de humo, existía todo un código de signos que se interpretaban y repetían de torre en torre. Cuenta la leyenda, que la Torre del Tiñón fue el último refugió el caudillo musulmán Almanzor, tras ser herido de muerte en la Batalla de Calatañazor, un enfrentamiento entre musulmanes contra cristianos durante la Reconquista.
Una vez dentro de la muralla, disfrutamos de un silencioso recorrido por sus calles. Aquí, apenas vive una docena de personas y somos los únicos forasteros. Pudimos apreciar con toda calma cada uno de los motivos por los que el pueblo recibió la denominación de Conjunto Histórico Artístico, en el 2001. Encontramos el castillo, cuya puerta ostenta también el escudo señorial de Lorenzo Suárez de Mendoza. La edificación consta de una torre de homenaje y una barrera artillera con dos cubos, originalmente tenía tres pero al construir la carretera desplazaron uno de ellos y lo colocaron afuera del pueblo.
Dentro del castillo observamos el aljibe o cisterna y una cavidad que hacía de nevera para conservar alimentos, pues durante el invierno acumulaba tal cantidad de nieve que tardaba casi todo el año en derretirse. Si nos asomamos al campo desde la parte más alta, nos encontramos rodeados de campos cultivados hasta donde alcanza la vista. La principal actividad local es la agricultura y el pastoreo.
Nos dirigimos a la plaza de Rello y descubrimos el rollo, un símbolo que hace saber que la localidad alcanzó la categoría de villa y gozaba de autonomía en términos de impartición de justicia. Estos distintivos suelen estar hechos de piedra, pero este es muy particular: es una bombarda o cañón fabricado en hierro puro. En su base vemos la inscripción : “El rollo de Rello es de hierro”, frase que ha trascendido como un popular trabalenguas.
Nos acercamos a la iglesia que data de 1642 y conserva íntegro su campanario; está dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación, que celebra sus fiestas patronales el segundo domingo de septiembre. Al otro lado de la muralla está la Ermita de la Virgen de las Angustias, también muy querida y venerada por los rellenses.
Desde Panibericana, esperamos que este breve recorrido por Rello haya despertado aún más la curiosidad de Don Gabriel y se anime a venir a conocer este magnífico lugar y sus alrededores. A continuación, una breve biografía del señor de Rello.
Lorenzo Suárez de Mendoza, IV Conde de la Coruña y Señor del pueblo medieval de Rello
(1518, Guadalajara – 1583, Ciudad de México)
Fue el mayor de nueve hermanos, hijos de Alonso Suárez de Mendoza, tercer conde de Coruña, y Juana Jiménez de Cisneros. Lorenzo Suárez de Mendoza era un hombre aficionado a las Letras, llegó a ser patrono y protector de la Universidad de Alcalá de Henares. Contrajo matrimonio con Catalina de la Cerda (hija del segundo duque de Medinaceli) y tuvieron cuatro hijos, dos varones y dos mujeres.
Lorenzo tuvo como primo al primer virrey de La Nueva España, Antonio de Mendoza y Pacheco. El 26 de marzo de 1580, el propio Lorenzo de Mendoza fue nombrado virrey de la Nueva España por el rey Felipe II. En dicho cargo de Mendoza destacó por su empeño en detener la corrupción administrativa y creó el Tribunal de Comercio o El Consulado, que además de regular las prácticas comerciales supervisaba las aduanas de Acapulco y Veracruz. Murió el 29 de junio de 1583 en la capital mexicana y más tarde sus restos fueron repatriados a España. Fuente: Real Academia de la Historia
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