La iglesia de San Pedro y otros tesoros del románico, en la villa de Caracena, Soria

07 Oct La iglesia de San Pedro y otros tesoros del románico, en la villa de Caracena, Soria

La provincia de Soria (Castilla y León) es una de nuestras favoritas cuando buscamos tranquilidad y aire nuevo, es bien sabido que el de estos campos es de los más limpios de la península. Caminar durante horas dentro de cualquier paisajes soriano es un verdadero esparcimiento para el cuerpo y la mente. Caracena es una de las villas de la región que más visitamos a lo largo del año por tres motivos principales: el primero son los caminos senderistas que parten desde el pueblo y circundan el cañón del río Caracena; el segundo, la sabrosa comida casera que ofrece la acogedora fonda del pueblo, y el tercero, disfrutar la iglesia de San Pedro, donde siempre es una alegría encontrarse con Santiago Pacheco Almazán, que además de pastor, es el guardián y apasionado guía de esta bien conservada edificación, que es un magnífico ejemplo del arte románico.

Tesoros del arte románico

Es muy gratificante atender a la entusiasta, detallada y siempre renovada exposición de Don Santiago, cuya fascinante personalidad sabe trasladarnos al siglo XII para revivir y hacernos apreciar la historia de cada uno de los rincones y tesoros que hallamos en el interior de la iglesia, entre ellos un lienzo del pintor cordobés Antonio Palomino que representa al apóstol San Pedro y que preside el retablo del mismo nombre. También descubrimos dos maravillosas tallas de la virgen, una que pertenece al románico y otra al gótico, estas dos representaciones son eje principal de la magnífica y clarificadora explicación de nuestro guía para hacernos comprender la transición entre ambas expresiones estilísticas.

Don Santiago Pacheco Almanza, guía de la iglesia de San Pedro

En cierta ocasión visitamos la iglesia acompañados de turistas ingleses, entonces, Santiago Pacheco nos regaló una clase magistral sobre las diferencias entre el capitalismo protestante y el católico. Y el día que asistimos acompañados de un grupo de mexicanos, el maestro desarrolló una sesión de historia comparada entre España y el país azteca. Sin pestañar, los alumnos de ocasión escuchaban y preguntaban ávidos de entenderlo todo, pero la conversación tuvo que terminar porque el ilustrísimo pastor recordó que debía ir a buscar una de sus ovejas, que se había extraviado por la mañana, antes de que cayera la tarde. Los visitantes nunca olvidaron lo que ese día aprendieron en la iglesia de Caracena.

Iglesia de San Pedro

La construcción pertenece al siglo XII. Conserva la cabecera y una magnífica galería porticada de características propias del románico. A lo largo de su historia, la edificación pasó por varias reformas, en el siglo XVII le fue adosada la sacristía y en el XIX se modificó la nave, además de cubrirla con bóvedas de lunetos. La estructura merece ser apreciada con detenimiento. Seamos o no expertos en arquitectura, es fácil apreciar su galería porticada, que cuenta con siete arcos perfectos que representan a las siete iglesias que se salvarán en el fin del mundo, según las páginas delo libro del Apocalipsis.

Impresionan las columnas dobles, especialmente la de fustes torsionados, así como los bien conservados capiteles y todos sus elocuentes canecillos. Algunos elementos de la etapa medieval, con textos epigráficos, se conservan expuestos a los pies del templo, en su interior.

Caracena, emblemático pueblo medieval

En la época medieval, Caracena era protegida por una fortificación y una muralla con varias puertas de acceso. Actualmente la villa es pequeña, pero en sus mejores años era extensa y muy próspera. Además de la Iglesia de San Pedro, contaba con la Iglesia de Santo Domingo, de la que solo quedan algunas ruinas. Sus calles fueron trazadas según los caprichos del terreno y todas convergían en la Plaza Mayor. Contaba con una cárcel, un rollo, la Casa de la Tierra y la Iglesia de San Pedro. Otro recinto importante y cercano para los amantes de la arquitectura medieval es el templo de Santa María. 

A más o menos un kilómetro al sur del pueblo se el castillo de Caracena, una contrucción en mampostería cuyo origen es árabe, datado entre el siglo X y XI. Aunque se encuentra en ruinas, su estampa de planta rectángular es aún muy imponente y el entorno agradable para dar un paseo, descansar e imaginar batallas pasadas.

Cuenta la leyenda que el origen del nombre de la villa de Caracena viene de la época de la reconquista, cuando los cristianos aprovecharon que los musulmanes estaban cenando para tomar posiciones y apoderarse del pueblo. Uno de los cautivos lamentó la impostura, y estalló en grito de rabia: ¡Cara cena nos costó! Pero no hay ninguna prueba de que el hecho fue verídico.

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Cómo llegar a Caracena

-Desde Madrid, toma la A-1 hacia N-110 en Castilla y León. Luego la salida 103 y sigue por N-110 hasta SO-V-1601.

-Desde Soria, ve por la carretera hacia Valladolid y sigue por la N-122 y autovía del Duero/A-11. Continuar por SO-V-1601.

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