26 Nov Las brujas de Trasmoz, el único pueblo maldito de España
“Haberlas haylas” Esta es una historia verdadera sobre castillos, hechiceras, maldiciones y excomuniones. Modernas brujas de carne y hueso viven en Trasmoz, Zaragoza, y ejercen su oficio con libertad, orgullo y alegría.
Un pueblo embrujado
En ell siglo XIII y se vivían tiempos de tranquilidad en el poblado de Trasmoz, Zaragoza, bajo el reinado de Jaime I de Aragón, no había conflictos y las fronteras estaban controladas. Pero, algo raro ocurría en el castillo, por las noches se escuchaban ruidos metálicos, voces cavernosas y risas macabras. Los custodios del castillo aseguraban que se trataba de brujas que entraban volando para hacer de las suyas y arrastraban cadenas por salones y habitaciones.
En realidad, se trataba de los propios guardianes que, mientras todos dormían, hacían dinero o maravedís falsos, el choque de metales que aterraba al pueblo eran golpes de acuñar monedas. Sembrar el miedo para alejar a los curiosos fue infalible y las historias sobre brujas y encantamientos permanecieron en el imaginario de la población.
Más tarde sobrevinieron continuas disputas por el agua que venía desde el Moncayo y atravesaba tierras del monasterio antes de llegar a los trasmoceros. Lo mismo ocurrió con la leña y otros materiales cuya transportación pisaba territorio rival. Un mal día (1252), las peleas y amenazas llegaron a tal grado que el abad, furioso, procedió a excomulgar a todo el pueblo de Trasmoz.
Sin duda, el destino de esta cuna de brujas estaba dibujado en una bola mágica. En 1511 se desató un conflicto bélico entre el pueblo laico y sus vecinos en el cual tuvo que mediar personalmente el Rey Fernando El Católico; prohibió, de una vez por todas, cualquier tipo de enfrentamiento y otorgó toda clase de beneficios a Trasmoz. Fue tal el disgusto del los miembros del monasterio que desde ahí se decretó la mayor condena que la iglesia católica puede ejercer: lanzó la maldición según el Salmo 108 del libro de David. Dicen que el cielo se oscureció y el viento se levantó con fuerza azotando puertas y ventanas. Así, el excomulgado poblado además se convirtió en el único pueblo maldito de España.
“Tal castigo solo nos lo puede levantar un Papa, pero por aquí no ha venido ninguno”, comenta Lola Ruiz, cronista y bruja certificada, quien afirma que tampoco es una condición que incomode a los habitantes. “Somos únicos. Ningún otro pueblo se encuentra en tales circunstancias y, a decir verdad, nos gusta ser así de especiales” agrega convencida.
Dulce hogar de Brujas
Se dice que la existencia de brujas en Trasmoz era cierto y destacan tres mujeres con cierto poder por sus conocimientos en herbolaría y supuestos dotes mágicos: Casca, Galba y Dorotea. En 1860, la zona sufrió plagas y sequías. Joaquina, una vecina de Trasmoz, fue señalada como responsable de haber “echado mal de ojo”, y para erradicar el mal, fue arrojada a un barranco junto al cementerio. Hoy en día ese lugar es un mirador.
Pasado el tiempo, el escritor Gustavo Adolfo Bécker, apasionado de las historias sobrenaturales, solía visitar la villa y quedarse por temporadas para escribir. La inspiración encontrada, quedó reflejada en su obra “Nueve cartas desde mi celda”.
Actualmente, en este pintoresco pueblo las brujas hacen su vida ya sin sobresaltos. Aquí tienen sus hogares y gozan de gran reconocimiento y admiración. En este pueblo, llegar a ser una es un honor y cada año se elige a una. “Es uno de los pocos lugares donde una suegra puede ser tratada de bruja y da las gracias”, bromea la carismática Lola.
Cada vez son más las coloridas casas que lucen una placa grabada con el nombre de la bruja que habita y diversas decoraciones alusivas. Las votaciones para elegir a la bruja del año se realizan en agosto, no hay postulaciones propias, las candidatas son propuestas por la gente. Cada trasmocero escribe en un papel el nombre de la mujer a la que sugiere y aquella que obtiene más menciones se queda con el nombramiento.“En realidad, se trata de un reconocimiento a personas valientes y en especial a las que destacan por su implicación en las diversas labores sociales y culturales para beneficio de nuestra comunidad». Profundiza nuestra simpática narradora.
“Es una especie de reivindicación, en el pasado, las mujeres eran quienes sufrían más el señalamiento de hechiceras y eran víctimas de los inhumanos castigos de la inquisición. Hoy todo es muy diferente”, afirma la bruja Lola.
Es un lugar «encantado» y digno de ser visitado. El castillo es un museo que expone una gran colección de piezas históricas invaluables. Es posible dar un paseo por el mirador, el cementerio y seguir las calles para descubrir las casas de las brujas, delatadas por diversos detalles decorativos. Además, existe un amplio calendario de actividades y fiestas para todo el año.
No te pierdas, cada otoño, su tradicional fiesta Luz de las Ánimas, una auténtica noche de brujas
Cómo llegar:
Hay que ir hacia el noroeste de Zaragoza por la A-68 o la Ctra. N-232, con desvío a Ctra. N-122 y Ctra. local en dirección a Vera de Moncayo, junto a la sierra del mismo nombre.
Panibericana
Ann
Posted at 00:57h, 30 octubreI will be in Europe by November I hope I can visit Trasmos .
Panibericana
Posted at 17:22h, 27 noviembreHello Ann. ¡Have a great trip! Thanks for your comments.
Mirtha
Posted at 14:10h, 16 noviembreSi hay brujas debe ser un lugar maravilloso
Saludos desde la Patagonia Argentina
Panibericana
Posted at 17:06h, 27 noviembreLas hay. Mirtha, alguna vez debes animarte a conocer este lugar. Un gran saludo desde España