05 May Panorámica Ruta de las Ermitas en Yebra de Basa, Huesca
Senderismo en busca de una cascada que cae sobre varias emitas rupestres. Naturaleza en estado puro. Ruta de las Ermitas
Habíamos oído hablar de una cascada que se precipitaba por encima de una ermita rupestre encajonada en una pared rocosa y teníamos una enorme curiosidad por verla. Para ello, nos desplazamos hasta la localidad de Yebra de Basa, pueblo de la zona del Serrablo, comarca del Alto Gállego, provincia de Huesca, donde nos encontramos con las primeras estribaciones pirenaicas, para realizar la conocida como Ruta de las Ermitas, un camino que toma su nombre de las diferentes construcciones sacras, en total ocho ermitas, cuatro de ellas rupestres, que jalonan el recorrido entre Yebra de Basa y el santuario de Santa Orosia, construida a los pies del Monte Oturia, de 1.930 metros de altitud.
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Llegamos a Yebra de Basa y aparcamos en el centro, cerca de la iglesia. Nos dirigimos a pie hacia la pequeña Ermita de L’Angusto, a las afueras del pueblo, que es el punto de salida de la exigente ruta de las ermitas, aquí iniciamos el camino (señal amarilla y blanca de pequeño recorrido). Son unos 12 kilómetros en total, ida y vuelta, que suponen una caminata de aproximadamente 4 horas y media.
Empezamos el paseo por la mañana, muy temprano, en un soleado día primaveral de mayo. Los primeros centenares de metros son llanos, sin pendiente, hasta que cruzamos el río por la izquierda, a través de una pasarela de madera, (señalización amarilla y blanca y después PR-4). El trayecto a seguir es fácilmente localizable. Las ermitas van marcando el camino. Desde el propio río se reconoce la estampa de la Ermita de las Escoroniellas, la segunda de la ruta, donde según la tradición se sentó a descansar Santa Orosia. Aquí comienza la subida a través de una senda, una cuesta continua que no da apenas respiro, algunos tramos son más empinados que otros. La Ruta de las Ermitas es exigente y cansada, debiendo afrontar un desnivel de 600 metros hasta llegar hasta una cota máxima de 1.500 metros de altitud.
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Sucesión de Ermitas
Aprovechamos cada una de las ermitas para realizar un alto y descansar. La subida se hace a pleno sol y es más que complicado encontrar una sombra en el camino. Perp, vale mucho la pena, las vistas del Valle de Basa se van haciendo más impresionantes a medida que ascendemos el barranco de Santa Orosia.
La construcción de las ermitas sirvió para sacralizar un antiguo camino pagano. Las construcciones e imágenes religiosas se superponen a los antiguos elementos y vestigios rupestres pertenecientes a cultos que se rendían a la naturaleza, asociados a los monumentos megalíticos que ahí se encuentran.
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Una vez sobrepasado el segundo santuario de la ruta, llegamos a la conocida como Ermita de las Arrodillas, donde podemos contemplar una talla, un tanto tosca de la Virgen, más bien se asemeja a un ídolo tallado. Se encuentra situada sobre una gran roca con dos huecos y cortes transversales, con grabados que podemos interpretar como de origen precristiano, aunque la tradición los asocia a las marcas que dejaron las rodillas de Santa Orosia cuando fue martirizada por el infiel.
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Superadas estas dos ermitas, seguimos subiendo. Cruzaremos el barranco a través de un pequeño torrente y un poco más adelante empezaremos a escuchar el sonido del agua precipitándose. La espesura del bosque se abre a cada paso hasta el momento en que podemos contemplar esta pequeña Petra, antiguo refugio de eremitas: las Ermitas rupestres de San Cornelio, hermano de Orosia (inferior. A 1.270 metros de altitud) y La Cueva de la Santa, donde se encontraron los restos de Orosia (superior. A 1285 metros de altitud), encajonadas en la pared rocosa desde la que se despeña la conocida como Cascada de El Chorro, pasando la cortina de agua por delante de la fachada de las ermitas. Como curiosidad, cuenta la tradición que en el siglo VIII, el obispo de Huesca se refugió en La Cueva portando una de las grandes reliquias del cristianismo, el Santo Grial y allí fue escondido.
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El sendero hasta el Santuario de Santa Orosia, como una cicatriz en la montaña, continúa por detrás de la propia cascada y atraviesa la pared rocosa. Dependiendo de la dirección del viento, la cortina de agua se va desplazando, se balancea, y puede darte un buen remojón mientras cruzas detrás de la caída de agua. Y bien que lo agradecimos, luego del cansancio y el calor acumulado en la subida. El caudal, varía dependiendo de la época del año, por temporadas está completamente seco, sobre todo en los meses estivales. Por eso creemos que la mejor época para visitar este espectáculo es la del deshielo en primavera.
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Continuamos por el sendero, unos cuantos metros más. En la misma pared rocosa, a lo alto, nos encontramos primero, con la ermita de San Blas (1.310 metros de altitud), así nominada por un eremita que al parecer habitó en la cueva sobre la que se construyó el santuario. Luego, topamos con la Ermita de Santa Bárbara (1.390 metros de altitud), otra mártir fallecida en circunstancias similares a las de Orosia. Aquí hacemos un alto para descansar y tomar un merecido refrigerio, acompañados por las maravillosas vistas primaverales del valle, sin duda la mejor recompensa a nuestro esfuerzo. Desde este punto, decidimos volver sobre nuestros pasos e iniciar la bajada por el mismo camino recorrido.
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Como nuestra idea inicial era la de disfrutar el espectáculo que nos ofrecía la cascada cayendo sobre las ermitas rupestres, y por la propia exigencia del camino recorrido en la Ruta de las Ermitas, no llegamos al destino final de la ruta, el Santuario de Santa Orosia. Esperamos visitarlo en otra ocasión. En cualquier caso, hemos recopilado información sobre esta parte de la ruta no recorrida:
Si continuamos el camino, llegamos a una amplia llanura, en la que nos encontraremos con la Ermita de la Cruz, también llamada de O Zoque, punto de encuentro de los pueblos del valle, el día de la romería. Desde aquí marchan juntos al santuario. Pocos metros más adelante se llega al punto más alto del Monte (1.921 metros de altitud) desde donde se divisa el Santuario de Santa Orosia, junto al que existen una par de fuentes, un pequeño refugio y un albergue. Si se quiere pernoctar, se pueden solicitar las llaves en el ayuntamiento de Yebra de Basa.
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La leyenda de Santa Orosia:
La tradición relata cómo este sendero fue utilizado por una princesa bohemia del siglo VII, Orosia, cuando acudía con su séquito a desposarse con un rey aragonés. En el trayecto fueron sorprendidos por un malvado caudillo musulmán que se encaprichó de la princesa, pero esta se negó a comprometerse con el infiel, huyó y se escondió en una cueva. Finalmente el infiel la encontró y la martirizó, mutiló y decapitó. Tras el desmembramiento, unos ángeles bajaron del cielo para recoger los restos de la santa para enterrarlos en la misma cueva donde sufrió el tormento. Siglos después del suceso, un ángel revela a un humilde pastor la localización de los restos de la Santa, con la encomienda de recogerlos y entregarlos a la iglesia. Tan veneradas son sus reliquias que la cabeza acabó en Yebra de Basa, mientras que su cuerpo se conserva en la Catedral de Jaca. En ambos lugares, Orosia es la Santa Patrona.
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Romerías en honor a Orosia, Santa Patrona:
La romería en honor a Santa Orosia se celebra el 25 de junio, día que se conmemora el hallazgo de las reliquias de la Santa en el barranco al que da nombre. Suelen asistir personas de avanzada edad, por lo que no nos podemos poner demasiado remolones con la dificultad de la ruta de las ermitas y el desnivel de la subida. Aunque ya se sabe, la fe mueve montañas. A la Santa se le dedican una serie de danzas ancestrales, acompañada de música tradicional interpretada con instrumentos típicos de la zona, como el chiflo y el salterio o el tambor de cuerdas. Los danzantes, ataviados con traje de calzón, gorro de flores y provistos de palos de boj, bailan durante toda la romería mientras acompañan a la urna de la santa, en lo que constituye una de las tradiciones folklóricas más antiguas que se mantienen en territorio aragonés.
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Una curiosidad: existe constancia histórica de la realización de exorcismos por partes de brujas que acudían el día de la romería para curar a los enfermos de espíritu. Según afirma el antropólogo Ángel Gari, especialista en brujería y mitología, hasta mediados del siglo XX, endemoniados del norte de España y del Sur de Francia acudían en busca de ayuda y remedio, tanto a esta zona de la península ibérica, como a la Catedral de Jaca, donde se conservan parte de los restos de la Santa.
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Pista de tierra:
Para llegar al Santuario de Santa Orosia existe una vía alternativaa través de un camino de tierra, la pista de Sobas. Es ancha y se encuentra en buenas condiciones. Permite el paso de bicicletas y vehículos a motor. Eso sí, te perderías el precioso camino a través de la Ruta de las ermitas, que solo puede hacerse a pie. Según nos comentaron en el bar del pueblo, la pista un camino privado y de pago, debiéndose abonar una tasa por su uso. Para más información preguntar allí.
Cómo llegar a Yebra de Basa:
Desde la localidad de Sabiñánigo, tomar la carretera N-260, dirección Aínsa. Yebra de Basa dista apenas 12 kilómetros de Sabiñánigo. Desde ahí parte la Ruta de las Ermitas.
Panibericana
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