Senderismo en Peñas Royas. Cuencas Mineras de Teruel

08 Abr Senderismo en Peñas Royas. Cuencas Mineras de Teruel

El Río Martín ofrece en su recorrido por tierras turolenses rincones escondidos y mágicos. Como por ejemplo el camino a través de la Peñas Royas, así llamadas por el color morado de su tierra arcillosa.  A pocos kilómetros de la localidad Montalbán (Teruel, Aragón), se localiza el barrio de Peñarroyas, nuestro punto de partida. La ruta senderista que seguimos era de poca dificultad.

Parque Cultural del Río Martín (Teruel)

Cruzamos el pueblo y encontramos una señalización. Cuesta arriba el camino te llevará a la localidad de Odón, en una caminata a través de los Barrancos del Río Martín, que se estima de 4 horas y media, así como a un mirador que se encuentra a apenas medio kilómetro del pueblo. Nosotros seguimos recto por la indicación hacia Pozos Boyetes, una roca con grabados que se encuentra a apenas unos 500 metros.  Nos acompañaba un precioso sol primaveral que acrecentaba los contrastes cromáticos.  A la salida del pueblo, encontramos numerosas construcciones, algunas en estado ruinoso pero que conservan todo su bucólico encanto.

A continuación nos detenemos a observar los grabados rupestres de Pozos Boyetes, Según información del Patrimonio Cultural de Aragón se trata de la representación de nueve dibujos hechos por medio de la técnica conocida como picado o repiqueteado. Los motivos son antropomorfos, figura bitriangular o de tipo salamandra, o en doble ‘Y’. Además formas circulares o espiraliforme, y alguna cruciforme. Solo podemos intentar interpretar lo que significaron estos dibujos para la gente que habitó esta zona de Teruel hace milenios.

Continuamos el camino a la vera del Río Martín, que aunque un tanto estrecho, transcurre en ascenso apacible entre los altas paredes de los farallones de color rojo intenso cuyas formas verticales, además de sorprendentes, pueden llevarnos a encontrar divertidas formas a las que hay que poner imaginación. En la cima de la loma,  una torre de vigilancia domina el horizonte. Bajo un sol luminoso, pero no ardiente, que acentúa los contrastes, los colores que la primavera ofrecía eran todo un espectáculo: la arenisca roja de las paredes rocosas, los prados verdes, el río azul-verdoso, los ocres de los juncos y la pradera, las flores de distintas tonalidades y  el olor… ese olor medicinal que desprendían las plantas y arbustos en plena ebullición.

Continuamos medio kilómetro mas  hasta el recodo del río, donde el camino se corta, debiendo vadearlo para continuar. Nosotros nos paramos aquí a descansar bajo la sombra de los árboles. Estábamos solos en el lugar. El sitio invitaba a relajarse y a poner atención a los sonidos del río, a los trinos de los pájaros, al vuelo de las libélulas e insectos varios. El viento fresco corría a través del cañón y agitaba los árboles de este frondoso bosque mediterráneo. Un edén.

Desandamos el camino, pasando por los grabados rupestres y nos dirigimos de nuevo al pueblo de Peñarroyas. Una vez allí, desde el cartel indicativo, nos dirigimos al Mirador del Portillo, que se encuentra a apenas medio kilómetro en pronunciada cuesta,  junto al curioso cementerio local, que cuenta con unas vistas inmejorables.

El clima del lugar permite la plantación de los delicados cerezos que, en el momento de nuestra visita, ya se encontraban en floración. A lo largo del recorrido del Río Martín, por tierras de Teruel, Aragón, existen al menos una docena de rutas de senderismo señalizadas, entre paisajes increíbles, vestigios fósiles y  pinturas rupestres. Hemos recorrido alguna de ellas, que iremos mostrándolos en futuros posts.

¿Cómo llegar?

Debes llegar a la localidad de Montalbán por la N-420. El camino a Peñarroyas. Parque Cultural Río Martin, está indicado. Has de cruzar el pueblo siguiendo las distintas indicaciones que te irán guiando hasta el barrio de Peñarroyas, distante unos 4 kilómetros de Montalbán. 

Donde Comer/Dormir:

Nos alojamos, desayunamos y cenamos en el Hotel Don Cosme, situado a un par de kilómetros de Montalbán (Teruel), al lado la rotonda en la carretera hacia Belchite. El lugar es verdaderamente recomendable y está cerca de numerosos puntos de interés turístico. Buena relación calidad / precio. La habitación era amplia, cómoda y  limpia. En el restaurante, la carta realmente completa, con platos exquisitos. Muchos de ellos son creaciones propias y a precios razonables. El personal fue muy amable y atento en todo momento. Lo recomendamos.